martes, 26 de junio de 2012
domingo, 29 de abril de 2012
sábado, 28 de abril de 2012
SENTADOS CON JESUS
SENTADOS CON JESUS
Según
Pablo, nosotros los que creemos en Jesús, hemos sido resucitados de nuestra
muerte espiritual y estamos sentados juntos con él en los lugares celestiales.
“Aun estando nosotros muertos en pecados, [Dios] nos dio vida juntamente con
Cristo… juntamente con él nos resucitó y así mismo nos hizo sentar en los
lugares celestiales con Cristo Jesús” Efesios 2:5-6).
¿Dónde está este lugar celestial donde estamos sentados con Jesús? No es otra cosa que el mismo lugar del trono de Dios – el trono de la gracia, la habitación del Todopoderoso. Dos versos más tarde nosotros leemos sobre cómo fuimos llevados a este lugar maravilloso: “Por que por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios” (2:8).
Este lugar del trono es la sede de todo el poder y dominio. Es el lugar donde Dios gobierna sobre todos los principados y poderes, y desde donde reina sobre los asuntos de los hombres. Aquí en la sala del trono, él monitorea cada movimiento de Satanás y examina cada pensamiento de los hombres.
Y Cristo está sentado a la diestra del Padre. Las Escrituras nos dicen, “Todas las cosas fueron hechas por él” (Juan 1:3). Y, “En él habita corporalmente toda la plenitud de la divinidad” (Colosenses 2:9). En Jesús reside toda la sabiduría y paz, todo el poder y fortaleza, todo lo necesario para vivir una vida victoriosa y fructífera. Y se nos ha dado acceso a todas esas riquezas que están en Cristo.
Pablo nos está diciendo, “Tan seguramente así como Cristo fue resucitado de los muertos, hemos sido resucitados por el Padre. Y así de seguro como Cristo fue llevado al trono de la gloria, nosotros hemos sido llevados con él a ese mismo lugar glorioso. Porque nosotros estamos en él, es que estamos también donde él está. Ese es el privilegio de todos los creyentes. Significa que estamos sentados con él en el mismo lugar celestial donde él habita.”
Pablo dice que todas las bendiciones espirituales son otorgadas en la sala del trono. Todas las riquezas de Cristo están disponibles para nosotros allí: constancia, fortaleza, descanso, paz continua y en aumento. “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo” (Efesios 1:3).
¿Dónde está este lugar celestial donde estamos sentados con Jesús? No es otra cosa que el mismo lugar del trono de Dios – el trono de la gracia, la habitación del Todopoderoso. Dos versos más tarde nosotros leemos sobre cómo fuimos llevados a este lugar maravilloso: “Por que por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios” (2:8).
Este lugar del trono es la sede de todo el poder y dominio. Es el lugar donde Dios gobierna sobre todos los principados y poderes, y desde donde reina sobre los asuntos de los hombres. Aquí en la sala del trono, él monitorea cada movimiento de Satanás y examina cada pensamiento de los hombres.
Y Cristo está sentado a la diestra del Padre. Las Escrituras nos dicen, “Todas las cosas fueron hechas por él” (Juan 1:3). Y, “En él habita corporalmente toda la plenitud de la divinidad” (Colosenses 2:9). En Jesús reside toda la sabiduría y paz, todo el poder y fortaleza, todo lo necesario para vivir una vida victoriosa y fructífera. Y se nos ha dado acceso a todas esas riquezas que están en Cristo.
Pablo nos está diciendo, “Tan seguramente así como Cristo fue resucitado de los muertos, hemos sido resucitados por el Padre. Y así de seguro como Cristo fue llevado al trono de la gloria, nosotros hemos sido llevados con él a ese mismo lugar glorioso. Porque nosotros estamos en él, es que estamos también donde él está. Ese es el privilegio de todos los creyentes. Significa que estamos sentados con él en el mismo lugar celestial donde él habita.”
Pablo dice que todas las bendiciones espirituales son otorgadas en la sala del trono. Todas las riquezas de Cristo están disponibles para nosotros allí: constancia, fortaleza, descanso, paz continua y en aumento. “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo” (Efesios 1:3).
EL DELEITE
DE DIOS
Dios
no solamente ama a su pueblo sino que se deleita en cada uno de nosotros: El
encuentra gran placer en nosotros. El es realmente bendecido en guardarnos y en
librarnos.
Yo veo esa clase de placer paternal en mi esposa Gwen, cuando uno de nuestros nietos llama por teléfono. Ella se ilumina como un árbol de Navidad cuando está hablando con uno de sus nietos. Nada puede apartarla del teléfono. Aún si le dijera que el Presidente de la nación está en la puerta de nuestra casa, ella no me haría caso y seguiría hablando.
¿Cómo podría yo alguna vez acusar a mi Padre celestial de deleitarse menos en mí de lo que yo me deleito en mi propia prole? A veces mis hijos me han fallado, haciendo cosas contrarias a las que les he enseñado. Pero ni una sola vez he dejado de amarlos o de deleitarme en ellos. Así que, si yo poseo esa clase de amor que permanece y soy un padre imperfecto, ¿cuánto más nuestro Padre celestial nos ama a nosotros sus hijos?
Josué y Caleb se pusieron de pié en medio de la congregación de Israel y clamaron, “Si el Señor se deleita en nosotros, él nos llevará a esta tierra y nos la entregará” (Números 14:8). Qué declaración tan simple y al mismo tiempo tan poderosa. Ellos estaban proclamando, “Nuestro Señor nos ama y se deleita en nosotros. Y él va a derrotar a cada gigante, por que él se deleita en hacerlo por nosotros. Así que no debemos de mirar a nuestros obstáculos. Debemos mantener nuestros ojos en el gran amor que el Señor tiene por nosotros”.
A través de todas las Escrituras leemos de que Dios se deleita en nosotros: “…Pero los perfectos de camino son su deleite” (Proverbios 11:20). “La oración de los rectos es su gozo” (Proverbios 15:8). “Me libró de mi poderoso enemigo…por que eran más fuerte que yo…me saco a lugar espacioso; me libró, por que se deleitó en mí” (Salmo 18:17-19).
Es absolutamente imperativo que nosotros creamos que Dios nos ama y que se deleita en nosotros. Entonces seremos capaces de aceptar que cada circunstancia en nuestra vida eventualmente nos demostrará la voluntad amorosa de nuestro Padre por nosotros. Emergeremos de nuestro desierto recostados sobre el amoroso brazo de Jesús. Y él cambiará nuestro lamento en baile.
Yo veo esa clase de placer paternal en mi esposa Gwen, cuando uno de nuestros nietos llama por teléfono. Ella se ilumina como un árbol de Navidad cuando está hablando con uno de sus nietos. Nada puede apartarla del teléfono. Aún si le dijera que el Presidente de la nación está en la puerta de nuestra casa, ella no me haría caso y seguiría hablando.
¿Cómo podría yo alguna vez acusar a mi Padre celestial de deleitarse menos en mí de lo que yo me deleito en mi propia prole? A veces mis hijos me han fallado, haciendo cosas contrarias a las que les he enseñado. Pero ni una sola vez he dejado de amarlos o de deleitarme en ellos. Así que, si yo poseo esa clase de amor que permanece y soy un padre imperfecto, ¿cuánto más nuestro Padre celestial nos ama a nosotros sus hijos?
Josué y Caleb se pusieron de pié en medio de la congregación de Israel y clamaron, “Si el Señor se deleita en nosotros, él nos llevará a esta tierra y nos la entregará” (Números 14:8). Qué declaración tan simple y al mismo tiempo tan poderosa. Ellos estaban proclamando, “Nuestro Señor nos ama y se deleita en nosotros. Y él va a derrotar a cada gigante, por que él se deleita en hacerlo por nosotros. Así que no debemos de mirar a nuestros obstáculos. Debemos mantener nuestros ojos en el gran amor que el Señor tiene por nosotros”.
A través de todas las Escrituras leemos de que Dios se deleita en nosotros: “…Pero los perfectos de camino son su deleite” (Proverbios 11:20). “La oración de los rectos es su gozo” (Proverbios 15:8). “Me libró de mi poderoso enemigo…por que eran más fuerte que yo…me saco a lugar espacioso; me libró, por que se deleitó en mí” (Salmo 18:17-19).
Es absolutamente imperativo que nosotros creamos que Dios nos ama y que se deleita en nosotros. Entonces seremos capaces de aceptar que cada circunstancia en nuestra vida eventualmente nos demostrará la voluntad amorosa de nuestro Padre por nosotros. Emergeremos de nuestro desierto recostados sobre el amoroso brazo de Jesús. Y él cambiará nuestro lamento en baile.
miércoles, 4 de abril de 2012
Antes que el día
decline
Rev. Luis
M. Ortiz
La misión
de la iglesia son las misiones. Su tarea suprema es la evangelización.
Únicamente para esto ha sido
dejada en el mundo, empero no significa convertir al mundo, pues esto no se
logrará en esta dispensación. No se nos ha ordenado a traer el mundo a Cristo,
sino más bien a traer a Cristo al mundo. Puesto que esta es nuestra encomienda,
jamás deberíamos desviarnos hacia menores metas y proyectos secundarios.
Permitamos
que la Iglesia utilice todos sus hombres y sus miedos en la tarea para la cual
ha sido comisionada, esto es, “que el arrepentimiento y el perdón de pecados
sea predicado en Su nombre en todas las naciones” (Marcos 16:15).
Jesús
dijo: “Me seréis testigos” (Hechos 1:8). Esa es la responsabilidad de cada
creyente. ¡Cada creyente es un testigo! Cada cristiano tiene la responsabilidad
de hacer trabajo evangelístico y esa responsabilidad no tiene límites. Todo
cristiano debe estar siempre listo para dar su testimonio en cualquier tiempo y
en cualquier lugar. Cada cristiano tiene la responsabilidad de hacer llegar el
Evangelio a todo el mundo. Quien no pueda ir personalmente, tiene que enviar a
otro en su lugar. Y es aquí donde el creyente ha fallado: que al no ir tampoco
ha enviado a otro en su lugar, y por eso, más de la mitad de la población del
mundo, jamás ha oído el Evangelio.
Es
evidente que estamos en el final del tiempo señalado a la Iglesia por el Señor
para el cumplimiento de su tarea, y el trabajo que debió haber sido hecho a
través de los siglos, ahora hay que acelerarlo antes que el día decline del
todo.
Este
espíritu de urgencia es el que nos anima a ir por todo el vasto mundo llevando
el mensaje de salvación, y es el que nos mueve a llamar al corazón del pueblo
de Dios, para que todos nos percatemos de las sombras de la noche que ya se
avecinan, y aprovecharemos el breve tiempo que nos resta para realizar la más
grandiosa labor de la historia en el más corto tiempo posible. “La noche viene,
cuando nadie puede trabajar” (Juan 9:4).
Si su
corazón late con más intensidad al pensar en los centenares de millones de
vidas en el mundo que aún no han conocido camino de paz, que sus veredas son
torcidas, que han esperado luz y no tienen luz, que palpan la pared como
ciegos, que tropiezan al mediodía como de noche, que gimen lastimeramente como
palomas, que han esperado salvación y aún está lejos (tan lejos como esté usted);
y si el Espíritu Santo le impele a usar el máximo de sus recursos en un
esfuerzo misionero, entonces yo le exhorto a cooperar en estos modestos
esfuerzos del Movimiento Misionero Mundial, y participe en este avance final
para ganar almas para Cristo antes que el día decline.
¿Por qué?
¿POR QUÉ? Y dijeron a Moisés: ¿No había sepulcros en Egipto, que nos has sacado para que muramos en el desierto? ¿Por qué has hecho así con nosotros, que nos has sacado de Egipto? Éxodo 14:11.
A Marina le gustaba salir a caminar todos los días temprano, por la mañana. No lo hacía solo por su salud: esa rutina de andar una hora por el parque de la ciudad, además de reportarle un beneficio físico tremendo, también le traía paz, alegría, y le daba una oportunidad para meditar. Le fascinaba ver los frondosos árboles, a ambos lados del camino; el riachuelo, que se deslizaba como una serpiente, a su lado derecho; los primorosos jardines, bien cuidados... en fin. No se cansaba de mirarlos. Pero, aquella mañana, nada de eso parecía tener importancia, porque en sus oídos resonaban, con fuerza, las palabras llenas de ingratitud de su mejor amiga. ¿Alguna vez te has sentido incomprendido por personas a quienes extendiste la mano en un momento de necesidad? Peor todavía, ¿fueron ingratos contigo? Si ya pasaste por una experiencia parecida, tal vez logres entender cómo se sentía Moisés ante la actitud rebelde y contumaz de aquel pueblo ingrato. Moisés solo había querido ayudarlos: Dios le había ordenado libertar a aquel pueblo de la esclavitud de Egipto, y él había aceptado el reto, a pesar de conocer las dificultades que encontraría en el camino. Pero ahora, frente al menor obstáculo, aquel pueblo ingrato acusa al líder de haberlo traído al desierto para morir. ¿Cómo te sentirías tú, en el lugar de Moisés? Necesitas saberlo porque, mientras peregrines en el desierto de esta vida y tengas una misión que cumplir, enfrentarás muchas veces a personas ingratas, que te herirán sin piedad. No te desanimes; continúa cumpliendo tu misión. La ingratitud es parte de la vida en este mundo; es la amnesia del corazón que ha perdido el camino de los sueños. Dicen los psicólogos que la necesidad de reconocimiento es una de las necesidades básicas del ser humano; es posible. Pero, si deseas llegar a la tierra prometida de tus sueños, tienes que llenar ese vacío con la presencia de Jesús en tu vida; de otro modo, serás parte de los cadáveres que yacen en el desierto. Levanta la cabeza, y sal hoy, para enfrentar tus responsabilidades, sin esperar gratitud de los seres humanos, motivado únicamente por el deseo de servir. Y recuerda: "Dijeron a Moisés: ¿No había sepulcros en Egipto, que nos has sacado para que muramos en el desierto? ¿Por qué has hecho así con nosotros, que nos has sacado de Egipto?"
Rev. Rubén Rosas
Aquellos que una vez conocieron la verdad y vuelven atrás, las cosas postreras serán peores que las primeras. Hemos conocido grandes predicadores de la Palabra que hoy son despojos humanos, porque dieron la espalda a la verdad, rechazaron todo y echaron a la basura las verdades eternas.
“Subió destructor contra ti; guarda la fortaleza, vigila el camino, cíñete los lomos, refuerza mucho tu poder.” Nahum 2:1.
El libro del profeta Nahum nos habla sobre la visión que este tuvo de la destrucción de Nínive y el imperio Asirio. 100 años antes Dios permite que Jonás, otro profeta llegara a Nínive.
El contenido del libro de Nahum se compone de solo tres capítulos porque contiene una visión sobre una nación. La destrucción de esta nación por causa de su vida pecaminosa, violenta, sin amor, sin compasión; una nación completamente sanguinaria. Cuando ellos ganaban la guerra y llevaban cautivos, era para hacer alarde de fuerza y poder; los maltrataban, los desollaban vivos y los colgaban de la pared para que el sol candente los secara paulatinamente, y así murieran. A pesar de su vida pecaminosa, Dios siempre da una oportunidad al pueblo para que este le conozca.
La forma que llegó Jonás a Nínive, fue milagrosa. Nínive estaba a bastantes millas tierra adentro desde donde Jonás fue vomitado por el pez. Jonás llegó, no con un mensaje de misericordia, sino con un mensaje compuesto por una sola frase: “De aquí a cuarenta días Nínive será destruida.” (Jonás 3:4). Y de esta manera predicó hasta que la notica llegó al palacio.
Cuando el rey se enteró del pregón “se levantó de su silla, se despojó de su vestido, y se cubrió de cilicio y se sentó sobre ceniza. E hizo proclamar y anunciar en Nínive, por mandato del rey y de sus grandes, diciendo: Hombres y animales, bueyes y ovejas, no gusten cosa alguna; no se les dé alimento, ni beban agua; sino cúbranse de cilicio hombres y animales, y clamen a Dios fuertemente; y conviértase cada uno de su mal camino, de la rapiña que hay en sus manos. ¿Quién sabe si volverá y se arrepentirá Dios, y se apartará del ardor de su ira, y no pereceremos?” (Jonás 3:6-9). Aquel mensaje era contundente, no había tregua ni tiempo para decir qué hacer.
Si los hombres reaccionaran a la Palabra de Dios, este mundo sería un Edén. Pues, ¿desde cuándo se predica sobre el amor de Cristo? A este mundo se le ha dado muchas oportunidades en todos los tiempos para que todos conozcan a Cristo y reconozcan quién es el Salvador. Pero los hombres no quieren aceptar a Cristo como el Salvador; al que no se puede llegar mediante intermediarios. “Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre” (1 Timoteo 2:5).
La generación que tuvieron la experiencia de conocer a Jehová por la predicación de Jonás, comenzaron a dejar sus prácticas y el paganismo. Se complacieron en conocer a Jehová pero no supieron transmitirles a sus hijos ni a la segunda generación de quién era Dios. Cuando el rey murió y vino otro rey, volvieron al paganismo. Nínive volvió nuevamente a sus prácticas, pensando que era la nación más poderosa y que no había gobierno ni nación que se mantuviera en pie de guerra ante ellos, sino que Jehová les había dado la espada para acabar con todos.
Aquellos que una vez conocieron la verdad y vuelven atrás, las cosas postreras serán peores que las primeras. Hemos conocido grandes predicadores de la Palabra que hoy son despojos humanos, porque le dieron la espalda a la verdad, rechazaron todo y echaron a la basura las verdades eternas. Pero nosotros sabemos lo que hemos adquirido, por tanto, somos, fieles, permanecemos firmes trasmitiendo la verdad de la Palabra a otros. Tenemos que trasmitir el temor a Jehová desde que los niños están en el vientre. El que mi casa y yo seamos salvos no significa que hay una herencia que lo reciban los hijos, sino que una bendición que llegó a la casa porque papá y mamá aceptaron a Cristo como Salvador personal y ahora los padres trasmiten a los hijos todo el bien que han recibido.
Tenemos un enemigo, que es enemigo nuestro porque lo es de Dios y del plan divino de redención, quien ya conocía acerca del plan de redención y que vendría el Hijo de Dios al mundo a rescatar al género humano. Si hemos aceptado a Cristo como nuestro Salvador personal, hemos sido asegurados, por tanto, seamos fieles y no cojamos las cosas del Señor como un juego. Para los que tememos y guardamos la fidelidad en Dios, se hace una realidad en el libro de Nahum 1:7, leemos: “Jehová es bueno, fortaleza en el día de la angustia”. ¿A dónde acudes en el día de la angustia?
“Pacientemente esperé a Jehová y Él me oyó”; para esperar hay que ser paciente. En el día de la angustia llegaron las cartas que angustiaban más a Ezequías, pero se fue al lugar donde debía ir, allí de rodillas, a la presencia de Jehová. La fortaleza la guardamos cuando cumplimos con nuestros compromisos y deberes para con el Señor: orando, velando, ayunando, leyendo la Palabra, no dejando de congregarnos como muchos tienen por costumbre, que se enojan por tonterías, y terminan buscando otro lugar para congregarse. Muchos se extravían porque no están vigilando el camino. Por eso “vigila el camino, cíñete los lomos, refuerza mucho tu poder.” (Nahum 2:1).
El poder de la Iglesia no estriba en el número de personas que económicamente están bien, ni en el número de creyentes que tengan algún tipo de profesión, tampoco estriba en nada de lo que el hombre piensa que es algo aquí abajo, sino en todo aquello que viene de lo alto. “Cíñete los lomos, refuerza mucho tu poder… Jehová es bueno, fortaleza en el día la angustia; y conoce a los que en Él confían.” (Nahum 2:1, 7). Dios le bendiga.
Clavados en la cruz
quedaron mis pecados
Me pregunto, Oh Señor,
cuántas veces al trabajar
tu muerte pensabas al clavar.
Tú, por ser Dios conocías
cada detalle que acontecería
¡Qué gran dolor sentirías
al clavetear esas tablas frías!
Sentirías tu sangre brotar
de tus manos traspasadas
y en el fondo un gozo sin igual
por las vidas con esa sangre compradas.
Pero también habría salvación
con sufrimiento y agonía
pues clavados en la cruz
nuestros pecados quedarían.
Por Mery Bracho
ACRÓSTICO:
JESÚS VIVE
Jesús Vive, creemos que un día murió por nosotros pero hoy vive para dar vida a todos los que crean en él. Este acróstico resume lo que vino a hacer Jesús y que viene por nosotros otra vez.
Jesús, bendito nombre
Eterno y divino
Sin igual y por mí vino
Único para salvar al hombre
Soberano reina, es el camino.
Vive, es maravilloso,
Importantísimo es seguirle.
Viene muy pronto glorioso,
Esperanza es para sus dichosos.
¡ JESÚS VIVE !
por Mery Bracho
Una maestra
marcó la
diferencia
¿Por qué fue que estos hombres, que habían vivido en un criadero del crimen, habían tenido tan sorpresivamente buen comportamiento? A los investigadores se les dijo una y otra vez: “Bueno, había una maestra…”
Hace años un profesor de la Universidad John Hopkin asignó a un grupo de estudiantes graduandos la siguiente tarea: vayan a los tugurios. Tomen a 200 muchachos entre las edades de 12 y 16 años e investiguen su trasfondo y ambiente. Luego predigan sus oportunidades para el futuro.
Los estudiantes, tras consultar las estadísticas sociales, hablar con los muchachos y copilar mucha data, concluyeron que el 90 % de ellos pasarían algún tiempo en prisión.
Veinticinco años después a otro grupo de estudiantes graduandos se le asignó la tarea de probar la predicción. Volvieron a la misma área. Algunos de los muchachos –para entonces hombres– todavía estaban allí, unos pocos habían muerto, algunos se habían mudado, pero se pusieron en contacto con 180 del grupo original de 200. Descubrieron que solo cuatro del grupo habían sido enviados a la cárcel.
¿Por qué fue que estos hombres, que habían vivido en un criadero del crimen, habían tenido tan sorpresivamente buen comportamiento? A los investigadores se les dijo una y otra vez: “Bueno, había una maestra…”
Ellos insistieron y descubrieron que en el 75 % de los casos se trataba de la misma mujer. Los investigadores visitaron a esta maestra que ahora residía en un hogar para maestros jubilados. ¿Cómo había logrado ejercer tan sorprendente influencia sobre ese grupo de muchachos? ¿Podría ella darles alguna razón por la que estos muchachos todavía la recordasen?
“No”, dijo ella, “realmente no podría”. Y entonces, meditando sobre todos esos años, dijo graciosamente, más para sí misma que para sus interrogadores: “Amé a esos muchachos…”
Un gesto, una palabra, un toque, un abrazo o simplemente mirar a los ojos alguien mientras habla, puede marcar la diferencia. Tú has sido puesto en este mundo para hacer la diferencia.
“El odio despierta rencillas; pero el amor cubrirá todas las faltas.” Proverbios 10:12.
“Mejor es la comida de legumbres donde hay amor, que de buey engordado donde hay odio.” Proverbios 15:17.
“Las muchas aguas no podrán apagar el amor, ni lo ahogarán los ríos. Si diese el hombre todos los bienes de su casa por este amor, de cierto lo menospreciarían.” Cantares 8:7.
domingo, 1 de abril de 2012
PASOS
PARA SER EFECTIVOS EN LA PROCLAMA DEL EVANGELIO
GENERALIDADES
En esencia todos los encuentros
evangelizadores de Jesús presentados por los evangelios siguen un patrón
general que puede ser aplicado a cada porción propiamente evangelísticos
presente en los evangelios. Por ello no debiera existir excusas ni alego de
ignorancia de parte de los verdaderos cristianos para comunicar las buenas
noticias de salvación.
PAUTAS
GENERAL
1.
CONOZCA LA COSMOVISIÓN BÍBLICA.
2.
DOMINE LAS GENERALIDADES
BÁSICAS SOBRE LA BIBLIA (VEA EL CUADRO ANTERIOR).
3.
ENTÉRESE DE LAS GENERALIDADES
SOBRE LA CULTURA BÍBLICA, EN ESPECIAL LA CULTURA EN LOS TIEMPOS DE JESÚS (LA
CUAL CORRESPONDE AL CONTEXTO DE LOS EVANGELIOS).
4.
CONOZCA LOS ASPECTOS BÁSICOS
DEL AUTOR DEL EVANGELIO SOBRE EL CUAL EXPONE (MATEO, MARCOS, LUCAS Y/O JUAN).
PAUTAS
ESPECÍFICA
1.
LEA VARIAS VECES EL RELATO DE
MANERA GENERAL (DE SER POSIBLE, EN VARIAS VERSIONES E IDIOMAS).
2.
APRENDA DE MEMORIA EL RELATO
(ASPECTOS BÁSICOS DE LA HISTORIA).
3.
TOME APUNTES A MANERA DE
BOSQUEJO (BOSQUEJE LAS ENSEÑANZAS PRINCIPALES)
4.
INTERIORICE LA LECCIÓN.
5.
APLIQUE LA LECCIÓN A SUS
NECESIDADES ESPIRITUALES.
6.
SAQUE APLICACIONES GENERALES.
7.
SAQUE APLICACIONES ESPECIFICAS
PARA LA AUDIENCIA O LA PERSONA QUE LO VA A ESCUCHAR.
PATRÓN
GENERAL DE LAS PORCIONES EVANGELÍSTICOS
1.
CERCIÓRESE SOBRE LOS PERSONAJES
DEL RELATO. EL PERSONAJE PRINCIPAL SIEMPRE ES JESÚS.
2.
NOTE LA NECESIDAD PRINCIPAL DE
LA PERSONA O EL GRUPO CON QUIEN JESÚS INTERACTÚA. A VECES HAY MAS DE UNA
NECESIDAD.
3.
ANALICE LAS DESCRIPCIONES DE
LOS ACTORES QUE INTERACTÚAN CON JESÚS (CONDICIÓN, TIPO DE ENFERMEDAD:
ESPIRITUAL O FÍSICA, SUS PECADOS, SU HUMILLACIÓN U ORGULLO, LA FE DE ELLOS,
ETC.)
4.
FÍJESE QUE TODOS LOS CASOS
RELATAN QUE JESÚS HIZO UN MILAGRO (SALVO EN EL CASO DEL JOVEN RICO Y OTRAS
CONTADAS OCASIONES EN LAS QUE LA INTENCIÓN DEL AUTOR ES SOLO TRAER UNA
ENSEÑANZA)
5.
ENFATICE DOS ASPECTOS FUNDAMENTALES
SOBRE JESÚS: 1) EL PUEDE LLENAR LA NECESIDAD (HACER EL MILAGRO PORQUE ES EL
DIOS TODO PODEROSO QUIEN ESTA PRESENTE), Y 2) EL QUIERE SATISFACER LAS
NECESIDADES (GRACIA O CARIDAD).
6.
CONTRASTE A JESÚS CON LOS
HOMBRES (CON LOS POLÍTICOS, ETC.)
APLICACIONES
A.
PUNTUALICE Y PINTE UN CUADRO DEL
PECADO (NO ACUSANDO A NADIE EN PARTICULAR SINO A TODOS LOS HOMBRES). APROVECHE
LA OCASIÓN DEL PASAJE Y SUS RECUENTOS DE LA CONDICIÓN DE PECADO DEL O LOS
ACTORES. A VECES LOS PECADOS PUEDEN SER ILUSTRAS CON LA CONDICIÓN DEL O LOS
ACTORES (EJ. EL LEPROSO, LAS MURMURACIONES DE LOS FARISEOS, ETC.) HAY QUE
ENFATIZAR EL PECADO DE LOS HOMBRES Y HABLAR DE PECADOS ESPECÍFICOS COMUNES EN
LA CULTURA DE LOS OYENTES. INCLÚYASE ENTRE LOS PECADORES. PROCURE HABLAR DEL
PECADO TANTO EN SEGUNDA PERSONA DEL PLURAL COMO PRIMERA PERSONA DEL PLURAL. A
VECES HAGA ÉNFASIS FUERTES REFIRIÉNDOSE A LA SEGUNDA PERSONA DEL PLURAL COMO
PECADOR (GENERALIZANDO).
B.
CONVIERTA LA NECESIDAD LLENADA
EN EL ENCUENTRO, SEA ESPIRITUAL O FÍSICO, EN EL LAS NECESIDADES MAS PROFUNDAS
DE LOS OYENTES.
C.
ENFATICE EL MILAGRO Y EL PODER
DE JESÚS PARA HACER MILAGROS APLICÁNDOLO A LAS NECESIDADES EMOCIONALES,
ESPIRITUALES Y FÍSICA DE LA AUDIENCIA QUE LO ESCUCHA. ES NECESARIO EN ESTE
PUNTO RECORDAR QUE JESUCRISTO PROMETIÓ ESTAR DONDE HAYA DOS O TRES REUNIDOS EN
SU NOMBRE.
D.
EN ALGÚN PUNTO ENTRE (B) Y (C)
RELATE ALGÚN TESTIMONIO SUYO O DE ALGUIEN CONOCIDO EN EL CUAL DIOS HAYA OBRADO
MILAGRO (MAS EFICAZ REFERIR EL CAMBIO DE CONDUCTA PECAMINOSA: ADICCIÓN, DEPRESIÓN,
DESOBEDIENCIA, PECADO SEXUAL, ETC.) HABLE DE ELLO PUNTUALIZANDO UN SENTIDO DE
VERGÜENZA PERO DEJANDO CLARO EL PODER TRANSFORMADOR DE DIOS, NINGUNA OTRA
COSA).
LLAMAMIENTO
A.
HAGA UN LLAMAMIENTO AL
ARREPENTIMIENTO, MENCIONANDO, A MODO DE REPASO LOS ELEMENTOS REGISTRADOS EN LA
HISTORIA.
B.
HAGA UN LLAMADO A LA CONVERSIÓN.
AQUÍ USTED DIRÁ A LA AUDIENCIA CUAL ES EL PROPÓSITO Y LA VOLUNTAD DE DIOS PARA
LOS HOMBRES. SALVARLOS DE LA CONDENACIÓN ETERNA QUE OTORGA EL PECADO,
CAMBIARLOS PARA QUE ANDEN EN VIDA NUEVA, DARLE PROPÓSITOS DE VIDA AL DEDICAR
SUS VIDAS A DIOS.
C.
ORE POR LA AUDIENCIA. CUIDADO
CON LA MOTIVACIÓN DE QUERER SABER CUANTAS PERSONAS SE CONVIRTIERON A CRISTO. ES
BUENO SABERLO PERO CUIDADO CON LA MOTIVACIÓN.
PROVEA
A LA AUDIENCIA DE CONSEJOS GENERALES SOBRE LA VOLUNTAD INMEDIATA DE DIOS PARA
SUS VIDAS
ü QUE LEAN LA BIBLIA, QUE OREN, QUE BUSQUEN UNA IGLESIA EVANGÉLICA,
QUE PROCUREN AMISTAR CON UN CRISTIANO DE CONFIANZA (OFRÉZCALE SU AMISTAD).
ü HÁBLELES DEL BAUTISMO BÍBLICO.
ü HAGA UNA CITA PARA OTRO ENCUENTRO LO ANTES POSIBLE. SI ES EN UN
HOGAR, HAGA PROVISIÓN PARA EL PRÓXIMO ENCUENTRO. SI ES A UNA AUDIENCIA MÚLTIPLE,
INVÍTELOS A SU IGLESIA PARA EL CULTO DEL DOMINGO PRÓXIMO Y DÉJELE SABER EL HORARIO
DE ACTIVIDADES.
ü PROCURE PROVEER ALGÚN NUEVO TESTAMENTO O TRATADO SIGNIFICATIVO DE
INMEDIATO.
ü TERMINE ORANDO.
El
mensaje olvidado de arrepentimiento - David Wilkerson
.
En la ciudad de Nueva York podrás visitar iglesia tras iglesia,
desde majestuosas catedrales hasta pequeñas congregaciones, y rara vez
escucharás una predicación acerca del arrepentimiento. Lo mismo ocurre en
muchas iglesias evangélicas en toda América y el mundo entero. Podrías visitar
congregación tras congregación por meses enteros y nunca escuchar una sola
mención de la palabra arrepentimiento.Desde luego, hay iglesias que no se comprometen con esta
importante doctrina bíblica. Un gran número de iglesias ha determinado que el
arrepentimiento es un mensaje bastante ofensivo para ser predicado. De hecho,
denominaciones enteras lo han despreciado restándole importancia.En tales iglesias escucharás todo acerca del amor de Dios, sus
bendiciones y los principios que debes aplicar a tu vida, pero no una palabra
que hable de sentir la tristeza que es según Dios por tus pecados. Podrás
escuchar mensajes que hablen de amar a los demás para convertirte en una buena
persona. Estas cosas definitivamente son bíblicas. Pero no escucharás un
mensaje de arrepentimiento como el que Pedro predicó en Pentecostés. Su
predicación llevó a muchos a la libertad en Cristo Jesús.Muchos pastores modernos podrían horrorizarse de lo que Pedro
predicó aquel día. Hechos 2 nos muestra el contexto del poderoso mensaje del
apóstol:Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a
los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos? (Hechos 2:37)
Como este versículo lo demuestra, debe haber un conocimiento
previo de los pecados antes de tener un verdadero arrepentimiento. Ese es el
propósito de la ley: hacernos conscientes de nuestros pecados. El corazón de
aquellas personas en Jerusalén fue conmovido cuando escucharon la palabra de
Dios y solo así reconocieron sus pecados.Pedro respondió a su clamor desesperado instruyéndoles de esta
manera: “Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de
Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo”
(Hechos 2:38). ¿Qué significa esto de arrepentirse?EL VERDADERO ARREPENTIMIENTO PRODUCE TRISTEZA, PENA Y PESAR POR
LOS PECADOSArrepentirse consiste en experimentar tal contrición que lleve a
cambiar el rumbo de tu vida. O algo más simple: arrepentirse es volverte de tus
pecados e ir en la dirección opuesta.El arrepentimiento no te da ningún mérito ante Dios. Sólo el
sacrificio de la sangre de Cristo puede otorgarte el perdón. Pero el
arrepentimiento es el único camino para obtener el verdadero gozo y ser
restaurado. No hay otra forma de entrar en la paz y el reposo de Cristo, sino a
través de las puertas del arrepentimiento. Pablo escribió a los Corintios
acerca de los frutos que produce el arrepentimiento:“Porque la tristeza que es según Dios produce arrepentimiento
para salvación, de que no hay que arrepentirse; pero la tristeza del mundo
produce muerte. Porque he aquí, esto mismo de que hayáis sido contristados
según Dios, ¡qué solicitud produjo en vosotros, qué defensa, qué indignación,
qué temor, qué ardiente afecto, qué celo, y qué vindicación! (2ª
Corintios 7:10-11).
Déjame darte el trasfondo de la carta que Pablo escribió a los
Corintios. Él puso en evidencia el pecado de incesto en la congregación, pues
nadie había tomado cartas en el asunto. Y debido a que pasaron por alto este
terrible pecado, no había tristeza alguna en medio de ellos.Así que Pablo escribió a la iglesia un mensaje duro, pero bien
merecido. Entonces, cuando la gente se sentó a leer la carta en voz alta,
fueron conmovidos sus corazones. Se arrepintieron, llenos de tristeza y dolor,
e hicieron frente al pecado tan vergonzoso que había entre ellos.Ahora Pablo los animaba, diciendo: “Vean lo que la tristeza de
Dios hizo en ustedes. Produjo prudencia, trajo una indignación en contra de su
propio pecado”. El arrepentimiento es el único medio por el cual aquellos que
están cautivos por el pecado pueden ser liberados y restaurados.El arrepentimiento y la fe en la sangre redentora de Cristo resultan
en la remisión de los pecados, que significa perdón y libertad del poder del
pecado. De acuerdo con Pedro, no puede haber conversión, libertad ni nuevo
nacimiento sin arrepentimiento:Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros
pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio. (Hechos
3:19)
De esta misma manera, Pablo predicó a los atenienses: “Pero
Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a
todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan” (Hechos 17:30). Jesús dijo
que había venido con este mismo propósito: “No he venido a llamar a justos,
sino a pecadores al arrepentimiento” (Lucas 5:32). Quizás Lucas es todavía más
claro cuando escribe: “y les dijo: Así está escrito, y así fue necesario que el
Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día; y que se predicase
en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones,
comenzando desde Jerusalén” (Lucas 24:46-47).Arrepentimiento fue el mensaje que Dios nos mandó enseñar cuando
establecimos la iglesia, hace más de veinte años, aquí en Nueva York.En los inicios de la iglesia de Times Square, el Espíritu Santo
instruyó a nuestro equipo pastoral para predicar arrepentimiento. Él consumió
nuestros corazones con una verdad: donde el pecado abunda, sobreabunda la
gracia.Debíamos plantar nuestra iglesia en el corazón de Broadway,
cerca de la Calle 42, en medio de sus clubes nocturnos, cines XXX, tiendas de
pornografía, distribuidores de droga, prostitutas y homosexuales. Realizábamos
nuestros servicios en el teatro Nederlander de la Calle 41. En aquel tiempo esa
cuadra era llamada “el callejón de la basura” porque los adictos inhalaban su
droga y tiraban el desperdicio frente al teatro. Era como un retrato del
infierno en la tierra.El Espíritu nos advirtió que estábamos entrando en territorio de
Satanás. Tuvimos que asumir una postura firme para ir en contra del dominio del
pecado. En breve nos encontramos en la zona de guerra para reclamar a los
cautivos por el diablo. Así que tuvimos que estar preparados para el
contraataque y para ser perseguidos con todas las armas del infierno.Francamente, no podríamos ganar a esos cautivos mientras
estuvieran cómodos en su pecado. Para hacerles entender la misericordia de
Cristo tuvimos que confrontarlos con sus pecados, así ellos estarían convictos
y listos para abandonarlos por completo. Esa fue la única forma de emprender la
guerra en el campo espiritual.Así que predicamos arrepentimiento. Dijimos a todo aquel que
cruzaba nuestras puertas que nadie podía llamar a Jesús Señor si su vida no
había cambiado. Ese mensaje lo predicamos a todos los que asistían a nuestros
servicios, sin tomar en cuenta su estatus social: actores de Broadway,
vendedores de droga, ejecutivos de Wall Street y travestis. Nadie podía decir
amar a Jesús si su vida no mostraba los frutos de su arrepentimiento.Después de confrontar el pecado con la predicación de
arrepentimiento, comenzó a brotar un increíble gozo. Las personas fueron
liberadas de sus pecados, abandonaron sus hábitos pecaminosos y su manera
sensual de vivir. Hombres y mujeres, tanto de oficinas corporativas como del
“callejón de la basura”, fueron transformados por la sangre de Cristo que
limpia todo pecado y por el poder de su Espíritu que hace libre al cautivo.Después de más de veinte años, ese mismo gozo permanece aquí en
la iglesia de Times Square. Y todavía enseñamos el mensaje que la primera
iglesia predicó en Jerusalén el día de Pentecostés: arrepentimiento para perdón
de los pecados.EL EVANGELIO DE LA COMODIDAD CONFUNDE COMPLETAMENTE EL AMOR DE
DIOSMultitudes hoy en día se congregan en eventos donde los pastores
de la comodidad les dicen: “Todo lo que necesitan es creer y nacerán de nuevo”.
Esta doctrina la fundamentan en el pasaje de Hechos 16, donde un carcelero
pregunta a los apóstoles acerca de cómo obtener la salvación. La respuesta de
Pablo fue: “Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa” (Hechos
16:31).Los ministros que hacen énfasis en esta doctrina olvidan que
cuando el carcelero se acercó a los apóstoles, estaba tan convencido de su
pecado, que “vino temblando, y se postró a los pies de Pablo y de Silas”
(Hechos 16:29). Este hombre estaba tan angustiado y turbado que había considerado
suicidarse. Reconoció su pecado y el temor de Dios lo llevó a arrepentirse.Los simples sentimientos no pueden convertir el alma de nadie.
Éstos sólo tocan las emociones pero son incapaces de conmover los lugares más
profundos del alma. Esta es una verdad muy importante que tuvimos cuidado de
enseñar desde un inicio en la iglesia de Times Square. Y es una verdad que
constituye la base del evangelio mismo. Es una verdad que nos habla de la
condenación bíblica del pecado –una amonestación al pecador a correr a la Cruz
o perecer– el más grande mensaje de amor jamás ofrecido al hombre.Debajo del nombre de nuestra iglesia, sobre la marquesina del
teatro, se lee el siguiente mensaje: “La iglesia que el amor está
construyendo”. Para nosotros esto no es una idea romántica o sentimental, sino
es un mensaje que dice claramente: “Estamos aquí para pelear por ti contra todo
el infierno. No te encubriremos la verdad, si en realidad quieres una vida
nueva”.LOS MINISTROS QUE ELUDIERON EL MENSAJE DE ARREPENTIMIENTO COMIENZAN
A PREDICARLO DE NUEVOEl pastor de una megaiglesia se sintió redargüido debido a sus
predicaciones tan ligeras y simplonas. Por semanas forcejeó con su conciencia,
pensando: “No soy un pastor verdadero. No estoy dando a las personas lo que
necesitan para crecer y madurar en Cristo”.Así que cambió su predicación e incluyó el mensaje de
arrepentimiento. Antes de esto su congregación era contada en millares. Ahora,
desde que comenzó a enseñar arrepentimiento, ha quedado con menos de doscientas
personas. Pero está lleno de gozo y muy bendecido al ver a sus congregantes
crecer en Cristo.Tengo que preguntarme: ¿es esta la razón por la cual muchos
pastores nunca predican arrepentimiento? ¿Tienen miedo de perder gente en sus
iglesias? ¿Temen no poder pagar sus créditos hipotecarios? ¿Necesitan muchas
personas que diezmen para así poder absorber los gastos cada vez mayores en su
congregación?A veces me pregunto qué pasaría con las personas de tales
iglesias al escuchar a su predicador dar un mensaje de arrepentimiento. Me
imagino multitudes a punto de escuchar su último sermón. Detrás de las
bambalinas, el predicador está bajo la influencia del Espíritu Santo que le
habla con gran poder:“El día del Señor está cerca. La mano escribe en la pared, y
Dios pronto juzgará a las naciones. Todas las cosas serán conmovidas, y los
corazones de los hombres desfallecerán por ello”.“No vayas esta noche al púlpito y fortalezcas las manos de los
pecadores. La mayoría son almas ciegas y enfermas, como ovejas perdidas. Están turbadas
con dolorosos problemas familiares, vicios, esclavos de los tormentos del
enemigo”.“Si tú no les adviertes, su sangre será sobre tu cabeza. El
profeta Ezequiel te lo ha anunciado y sin duda alguna acontecerá si tú no tocas
la trompeta para amonestar al perverso. Ellos morirán en su pecado y el Señor
demandará su sangre de tu mano”.“Ve ahora y diles que se arrepientan y que dejen sus malos
caminos. Nunca más obstruyas mis palabras, porque conducen a la vida. Después
confórtalos y aliéntalos”.Si tal predicador fuere obediente, inmediatamente sería testigo
de dos cosas: un éxodo masivo de personas y un reducido grupo que se quedaría
perplejo en sus asientos. Después de algunos minutos, el predicador comenzaría
a escuchar sollozos entre los que decidieron quedarse. Finalmente, una voz se
levantaría de entre ellos preguntando: “¿Qué debemos hacer ahora?”.Esto está comenzando a suceder. Uno de los predicadores más
exitosos en Europa, estando delante de una enorme multitud, dijo: “Ha venido la
hora de confesar los pecados, llorar y enderezar los caminos”. Un predicador
amigo mío estuvo en ese evento y lo calificó de maravilloso. Mi oración es por
que lo mismo acontezca en todas las iglesias, aquí en América y en todo el
mundo.Debo admitir que en ocasiones he bajado del púlpito con un gran
dolor después de predicar un duro mensaje. Algunas veces me he preguntado:
“Señor, me parece que esto ha estado muy duro. ¿Te habré escuchado
correctamente? Si estoy equivocado al predicar este tipo de mensajes, muéstramelo
por favor”. Una vez, cuando me encontraba en una profunda agonía por una
prédica que di, recibí una llamada telefónica de uno de mis hijos, que me dijo:
“Papá, gracias por predicar ese mensaje. El Señor me habló claramente y me puso
en una encrucijada que he tenido que enfrentar”.ALGUNOS DE LOS QUE SE HAN ARREPENTIDO PERMANECEN EN TEMOR E
INCREDULIDADEstoy seguro de que Dios se lamenta de las iglesias que no
predican el mensaje de arrepentimiento. De hecho, tengo la convicción de que el
Espíritu Santo no habita en tales iglesias.Con todo y esto, creo que hay algo que aflige el corazón de Dios
aún más que ser negligentes en predicar arrepentimiento. Y esto es que aquellos
que confiesan sus pecados continúen viviendo en temor e incredulidad.Hablo de aquellos quienes han tenido una verdadera convicción de
pecado. Que han experimentado la tristeza que es según Dios por sus maldades y
las han confesado, pero aún no tienen la paz y el gozo que viene con el perdón
que trae el arrepentimiento.El arrepentimiento conduce al perdón y el perdón debe conducir
al gozo y la paz. Estas personas, sin embargo, no tienen tal descanso. Por el
contrario, viven en constante temor de que sus vidas no estén agradando a Dios.
Continúan orando por su salvación e incluso intentan bautizarse una y otra vez.
Sencillamente, nunca han comprendido en su totalidad el poder del perdón.En realidad, tales personas viven bajo el pacto del Antiguo
Testamento. Son oprimidos por una ley que los mantiene atormentados y su
conciencia los condena. Tal como dijo Isaías: “Pobrecita, fatigada con
tempestad, sin consuelo…” (Isaías 54:11).LA OPRESIÓN POR LOS PECADOS –MEMORIAS Y RECUERDOS DE LOS PECADOS
PASADOS– NO DEBE CARGARSE MÁS ALLÁ DE LA CRUZ.Cualquier tristeza por los pecados pasados, impuesta
voluntariamente, debe ser echada en los raudales de la sangre de Cristo.
Finalmente, llega el momento cuando todo aquel que sigue a Cristo escucha las
palabras: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré
descansar” (Mateo 11:28).El Señor hace un llamado a todos los que se han arrepentido y
creído en su nombre, pero que todavía no pueden gozarse en ello porque llevan
una pesada carga de culpabilidad y condenación. A todos estos, Dios los invita
a venir a Él y entregarle su pesada carga, para ser llenos de gozo en sus
corazones.Cuando hacemos esto, el Espíritu Santo viene a hacer morada en
nosotros. Jesús llamó al Espíritu “El Consolador”, cuyo nombre significa “uno
que viene a estar a tu lado”. A partir de entonces, nunca más andaremos solos
ni en nuestras propias fuerzas, sino con la ayuda del Espíritu Santo.Esto es a partir del Nuevo Pacto, el cual Dios hizo con los
primeros creyentes. Según Hebreos, este pacto entró en vigor cuando Jesús murió
en la cruz:Porque el testamento con la muerte se confirma; pues no es
válido entre tanto que el testador vive. (Hebreos
9:17)
¿Cuál es la herencia que Jesús nos dejó a través de este pacto?
Esta es la promesa: “Porque seré propicio a sus injusticias, y nunca más me
acordaré de sus pecados y de sus iniquidades” (Hebreos 8:12).Pero además recibimos algo más que el perdón por medio de este
Nuevo Pacto. Dios nos da una promesa adicional cuando dice que nos hace “aptos
en toda obra buena para que hagáis su voluntad, haciendo él en vosotros lo que
es agradable delante de él por Jesucristo; al cual sea la gloria por los siglos
de los siglos. Amén” (Hebreos 13:21).¿ESTÁS BAJO UN ATAQUE SEVERO, TU MENTE ESTÁ ACOSADA?Muchos cristianos, incluyendo algunos pastores, me han dicho que
continuamente son asediados por sus pecados pasados. Me dicen: “Hermano David,
si supiera todo lo que hice, cómo pequé contra la luz, entonces entendería por
qué me siento angustiado. Mis pecados se han acumulado sobre mi cabeza y lucho
constantemente contra esa culpabilidad. Creo que el Señor me ha perdonado y que
su sangre es suficiente para cubrir mi iniquidad, pero no tengo la paz que trae
el entenderlo”.Otros me dicen: “Creo que he sido perdonado, pero mi mente
continuamente es bombardeada con ideas infernales. Pueden venirme donde sea,
aun en la iglesia, y me hacen sentir muy sucio. Es difícil creer que soy puro
ante los ojos de Dios”.Estos creyentes olvidan que Satanás también tentó a Jesús de
forma terrible, con ideas espantosas cuando fue probado en el desierto. Hoy el
diablo envía pequeñas zorras a tu vida para hacerte creer que no tienes
esperanza y que Dios está airado contigo. Todo esto con el fin de poner dardos
en tu mente e intentar destruir tu fe en el poder de la sangre de Cristo.Amado santo, no debes prestar atención a estos ataques en tu
mente. Debes ignorarlos, clamando: “Santo Espíritu, sé que estás a mi lado.
Dame tu ayuda”.Tienes que entender que todo aquel que toma la cruz de Cristo y
pelea la buena batalla de la fe estará en una guerra constante. Todos vamos a
hacer frente a los dardos del maligno –pensamientos que vienen debido a nuestro
pasado, pues en otro tiempo vivimos en la maldad y la sensualidad–. No
obstante, cuando rociamos la sangre de Cristo sobre esas raíces de duda, cada
parte de nuestro ser es confortada, incluyendo nuestra mente, y somos
purificados por completo.¿ESTÁS LUCHANDO PARA DEJAR UN PECADO QUE TE ASEDIA, UNA
FORTALEZA DE SATANÁS?¿Has determinado que no existe posibilidad alguna de que seas
libre para siempre de tu pecado? Yo te exhorto a considerar estas cuatro cosas:1. Asegúrate de que el Señor aún te ama y que te extiende su
gracia y misericordia.2. Arrepiéntete, pidiéndole a Dios que traiga sobre ti tristeza
y contrición por tus pecados.3. Recibe el amor de Dios y descansa en su promesa de
perdonarte.4. Confía en el Nuevo Pacto que te dice: “Seré misericordioso
contigo y perdonaré todos tus pecados. Y formaré en ti aquellas cosas que son
agradables a mi voluntad”.No estás solo en esta lucha. Él ha enviado su Santo Espíritu,
quien sabe como superar al enemigo y liberarte de toda esclavitud. Él es el
inmutable, la voz que te guiará y te fortalecerá en todas tus batallas.Ora conmigo: “Santo Espíritu, quiero crecer espiritualmente.
Quiero ser librado de toda hipocresía, y tener un carácter gentil, paciente y
amoroso. Prepárame y dame de tu ayuda. Amén”.
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